NUEVOS VIENTOS
Así cómo en la vida, en la literatura hay cambios, evolución o involución, surgen nuevos sueños, ideas, personajes. Y otros, aunque no lo quieran, quietos, y muy a su pesar deben abrazar las sombras del olvido.
La historia busca otros terrenos de expresión, al ser públicada la novela, hubo cambios. Forzosos, ya se bosquejaban en el guión de cine. Los artículos que preceden a los nombres, fueron borrados, porque condicionaban de manera mas que subjetiva el caracter de los personajes. De hecho, durante mi estancia en el diplomado de guionismo en CIGCITE, Mariana Torres, me cuestionó la desaparación de estos, sin pensarlo conteste: "en la vida, al menos en este país México, nosotros no decimos El Raúl, La Rosario, El Pepe, etcétera" Y cómo toda regla tiene su exepción, en algunos casos o circunstancias especificas, anteponemos un artículo al nombre, apocope, apodo o alias al referirnos a una persona en particular, y esto se debe a que, por ejemplo, no es lo mismo decir calaca, que "la calaca" y no importa el género biologico, porque el uso de dicho artículo nos da un apunte del caracter del personaje. Si digo "... pinche calaca, no seas mamón" estoy hablando con él en tiempo presente y en primera persona, en cambio si digo: "pinche La Calaca es un mamón, igual de ojete que El Toro Loco", es otro tiempo gramátical y el tratamiento nos da otra idea, además que difículta entender la oración. Por lo cual y de forma natural, al iniciar los primeros tratamientos del guión de cine, desaparecieron los tan manidos y traidos artículos antepuestos a los nombres de los personajes.
Así El Nene, es simplemente Nene. La Barroca es Barroca, en este caso en particular, debí ser más firme y vehemente en la defensa del apodo. El uso del artículo la predispone a pensar en femenino, es decir si digo La Barroca, pienso en mujer o un hombre que se trasviste. Y eso era algo que yo no había descubierto. Barroca, es un hombre que trabaja de prostituto y da servicio de manera indistinta a quién lo solicite sin distingo de genero, hasta el momento en que conoce a Nene, qué es cuando decide solo vivir para él, aun sabiendolo un deseo irrealizable.
La historia se redimensiono. Desde los primeros esbosos del texto para teatro, yo tenía claro, que un hombre como Nene, no podría bajo ninguna circunstancia enamorarse de otro hombre. A veces a uno como escritor, se le esconde, o deja de ver lo que es evidente. Bien le sería fácil enamorarse de un trasvestí, de hecho en la vida cotidiana, sucede. Y eso, desde mi punto de vista, le restaria fuerza a los conflictos (contratiempos y dificultades) que Nene debía enfrentar, y que serían los que al final lo llevarían a su destrucción.
El caso de Barroca era otro asunto, deje el dibujo del personaje y su conducta a libre entender de José Avilez, y este lo hizo una "clásica loquita", Y justamente lo que no quería sucedió, la historia tomo otro rumbo y por lo mismo otro genereo teatral. Achico a Barroca y aplano a Nene. Ahora, al recuento del pasado lo tengo claro. Así que pese a la ferrea oposición de mis maestros y algunos amigos que leyeron los primeros bosquejos, pues estos habían visto la puesta en escena. Ernesto Becerril, nombre que le asignó Tetis a Barroca, a falta de uno; se quedo como Barroca. Y Gerardo Campos Campos sería simplemente Nene.
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